
De no haberse tensado en tu fuerza
mis poemas no hubieran sido así.
Alguien corría muebles mientras te los leía.
Después me enceguecí,
me faltó el aire
y el polvo fue un tatuaje
para todos los objetos de mi casa.
La maquinaria psicosomática se atascó.
El gallo muerto es una peluca en el medio del camino.
Y cuando en la Academia se habla de mis versos,
jamás te nombro. Te empujo
hacia el fondo del canasto
con los Levis sucios y las obsesiones.
Algunos pasos nos sirven
para salir de nuestra pieza;
otros pocos para salir de nuestra vida.
Y mientras me regodeo
en la costumbre pagana del vermut,
espero tu llamada, tu advocación.
Hazlo, Señor,
y da origen a un nuevo animal.
1 comment:
Genial!!!!
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